Si el pasado año recibimos en este blog la Navidad con un insospechado "Aleluya" de El Mesías de Haendel en un centro comercial (ver aquí) vez lo vamos a hacer con el famosísimo Bolero de Maurice Ravel.
Tenéis que imaginar que estáis en una estación de tren y de repente, sin saber cómo ni por qué, comienza a tocar un músico la célebre melodía de este Bolero. Poco a poco empiezan a aparecer otros músicos como por arte de magia, director de orquesta incluído, hasta hacer concluir el imparable crescendo de la obra en el fortissimo final. A ver qué os parece... Ah, ¡feliz Navidad!
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